Qué haríamos los seres humanos si no pudiésemos disfrutar de plantas en el hogar. Nos llenan de colorido nuestras estancias, mejoran la calidad del aire y, no menos importante, se ha demostrado que tienen acción directa con nuestro estado emocional.
Los centros de mesa se han convertido en una opción súper interesante para decorar mesas de comedor grandes o muebles que, de otra manera, se quedarían algo desnudos.
Sin embargo, el concepto de ramos de flores y centros de mesa siempre ha sido el de asociarlo con plantas muy perecederas que, a los pocos días de ser compradas, empiezan a secarse y perder su frescura original.
Frente a eso, os presentamos diferentes ideas de centros de flores de larga duración, con plantas naturales preservadas mediante procesos tecnológicos de liofilización cuyo aspecto es absolutamente natural y no se diferencian de cualquier ramo de flores que podamos adquirir.
¿Te encantan las flores pero te cuesta mantenerlas?
Pocas cosas hay que nos molesten más que no poder mantener una planta en perfectas condiciones y ver como, poco a poco, se marchita y no sabemos solucionarlo.
En el caso de las flores, el escaso tiempo en el que se mantienen frescas puede hacer que mucha gente decida no comprarlas por lo mismo, aunque le encantaría disponer de varios centros de mesa y mejorar la decoración de su hogar.
Sea cual fuere el caso, la solución es la preservación de las plantas bajo el método de liofilización. Las flores y hojas mantienen su aspecto natural y original (casi imperceptible a la vista) y podemos mantenerlas durante varios años sin ningún tipo de mantenimiento.
Las flores preservadas son la mejor alternativa frente a las plantas artificiales de plástico, las cuales se ve desde lejos su falta de naturalidad.
No te preocupes, más abajo te explicamos en qué consiste el método de preservación de estas plantas y el por qué es una técnica que conserva al 100% la naturalidad de color y textura de una planta o flor.
Centros de mesa originales
Los centros preservados son un elemento clave en la decoración de espacios interiores con plantas. Estos elementos ofrecen resultados espectaculares con el beneficio de que no se marchitan ni mueren con el tiempo. Un centro de mesa bien preservado puede durarnos años enteros.
Centros clásicos u otoñales
Una de las opciones más clásicas son los centros de mesa con colores suaves compuestos por diferentes tonalidades de blancos, rosados y amarillos. Este centro de mesa juega con diferentes texturas de flores preservadas donde la planta plumero crea una base inferior y en el centro se sitúan inflorescencias de mayor tamaño, como el girasol.
Eucalipto preservado
Cuando buscamos una opción otoñal con colores más fríos y verdes grisáceos profundos e intensos, el número 1 en los centros de mesa preservados son las hojas de Eucalyptus Cinerea.
Esta planta de hojas duras y coriáceas permite crear diferentes configuraciones. En la foto de abajo es prácticamente el protagonista principal, pero si deseamos darle un colorido más primaveral, entrarían en juego flores como rosas y claveles que irían en la parte central, dejando la base para Eucalyptus Cinerea.
Centros de mesa modernos
Cuando buscamos centros de mesa preservados más coloridos, las posibilidades se multiplican con un gran número de especies. Pueden entrar en juego variedades aromáticas y, hasta como se ve en la foto, frutos preservados como la alcachofa que crean un efecto mediterráneo perfecto para cualquier hogar de primavera y verano.
Rosas y eucaliptos: combinación ganadora
Uno de los centros de mesas preservados superventas es cuando se realizan combinaciones compuestas que incluyen plantas gramíneas (diferentes tipos de cereales), hojas coriáceas como el eucalipto, magnolio o pistacho, flores de pequeño tamaño como limonium y las de mayor tamaño, como las clásicas rosas rosadas o rojas.
Centros de mesa aromáticos y rústicos
Si disfrutamos de una casa de campo o un entorno más rústico, los centros de mesa preservados con plantas aromática es una opción añadida que encaja perfectamente con un mobiliario y apariencia más rural y clásico.
En este tipo de configuración floral, destaca utilizar especies más espigadas y de mucha brotación, aportando colores verdes oscuros y grisáceos, que combinan muy bien con pequeñas inflorescencias y colores rosados.
Además, es habitual colocarlas en un recipiente de madera o fibras vegetales de mimbre o esparto para dotarlo de un aspecto más natural y rústico.
¿Cómo son las plantas liofilizadas?
La técnica de liofilización de una planta consiste en extraer toda la savia mediante un proceso tecnológico e inmediatamente después sustituirla por una solución de glicerina u otros componentes que preservan la estructura vegetal durante mucho tiempo.
De esta manera, la planta no se va a pudrir y va a conservar su color y textura original por mucho tiempo.
A ojo humano, prácticamente no se observan diferencias, y solo con el tacto podremos ver las diferencias, ya que la hoja se encuentra algo más endurecida.
Esta técnica de preservación de plantas hace que reduzcamos al mínimo posible el mantenimiento. Ya no tendremos que regar ni ubicar en un lugar iluminado nuestra planta, porque realmente ya no hay vida en ella.
Ventajas de las plantas liofilizadas
Lo ideal de este tipo de plantas conservadas es que podemos elegir entre un gran abanico de opciones de diferentes flores, hojas y construcciones vegetales.
Además de su baja o nula conservación, existen tiendas especializadas donde podemos personalizar absolutamente toda la composición que queramos o bien dejarnos asesorar por los expertos.
Elección de plantas para nuestro centro preservado
Algunas de las opciones que podemos elegir para la construcción de nuestro centro floral preservado son las siguientes:
- Hojas de plantas: género Pistacia, hojas de eucalipto (Eucalyptus cinerea), magnolio.
- Flores o inflorescencias pequeñas: Limonium, Craspedia globosa.
- Flores de gran tamaño: rosas, Lilium brindisi, Ranunculus, Dianthus, Protea Neriifolia.
Conclusiones finales sobre las flores preservadas
Si te encantan las flores pero no tienes ni presupuesto ni tiempo para disponer de ellas en su estado natural y fresco, las flores preservadas son la mejor elección frente a otras alternativas como las plantas artificiales de plástico (desde aquí manifestamos públicamente su rechazo).
Físicamente son casi idénticas a las flores frescas recién cortadas y es un método sostenible y eficaz de poder conservar un ramo durante años hasta que nos cansemos de él y volvamos a probar nuevos ramos con diferentes tonalidades, tipos de hoja y texturas diferentes.