Con el cultivo en macetas o mesas de cultivo se nos abre un abanico casi infinito de posibilidades de cultivar casi cualquier planta.
Si bien, por las condiciones de luz y tamaño de las raíces, se necesitan otros espacios más abiertos como balcones y terrazas, en el interior de casa podemos disponer de un número muy alto de plantas de desarrollo pequeño.
Las plantas de interior están acostumbradas a necesitar un rango de temperaturas prácticamente fijo durante todo el año. Aunque varían en cuanto a la necesidades de luz y su disposición, suelen desarrollarse mejor cuando las tenemos cercanas a una ventana, especialmente con la luz diaria (más intensidad y lux).
Plantas adaptadas al cultivo de interior (o en balcón) y que suelen cultivarse en macetas o recipientes. Aquí puedes ver las principales fichas de plantas.
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Ausencia de luz
El principal problema al que se enfrenta una planta de interior es la falta de luz. Muchas casas no disponen de muchas ventanas amplias, y si las disponen, no hay medios prácticos para acomodar las plantas cerca de dicha ventana.
Por eso, en muchos casos, plantas como el tronco de Brasil, Kalanchoe o la planta del dinero pierden su capacidad para producir fotosíntesis (verdor de las hojas) y palidecen.
Esa palidez inicialmente la podemos asociar a falta de agua o abono y profundizamos más en los errores que conducen a una planta totalmente muerta.
La luz es importante y pocas especies podemos encontrar como plantas de interior acostumbradas a zonas sombría, salvo las especies selváticas y que requieren muchísima humedad ambiental. Y claro, eso no se lo podemos dar a una planta de este tipo en el interior de nuestra casa.
Sequedad ambiental
Otro de los problemas a lo que también sometemos a muchas plantas es a la sequedad del ambiente en el interior de casa.
Con el cambio de la noche y el día, en el exterior se produce condensaciones y rocíos que aumentan la concentración de agua en el ambiente. Estos cambios son muy positivos para el correcto desarrollo de la planta.
En cambio, las plantas de interior de casa siempre tienen la misma humedad ambiental, y en la mayoría de los casos, suele ser baja (de ahí que muchas veces se compren humidifcadores para la propia salud personal).
Todas las plantas crasas o de hoja de grosor suelen pedir humedad ambiental moderada, por lo que es necesario pulverizar agua de forma foliar sobre todas las partes de la planta.
Una planta con sequedad ambiental se mostrará pálida, de aspecto crujiente y con falta de desarrollo. Intentará compensar con una mayor absorción de agua en las raíces.
Exceso de agua
La principal causa de muerte de las plantas es por ahogamiento y no por falta de agua. Muchas veces tendemos a humanizar una planta, intentando darle un cariño excesivo con riegos cada poco tiempo y en cantidades altas.
Sin embargo, cualquier planta, por ser estática, tiene que enfrentarse continuamente a tener sus raíces encharcadas y no disponer de oxígeno. A partir de aquí se inician las rutas anti estrés de la planta, cuyo factor principal es limitar el crecimiento para intentar recuperarse del problema.
La falta de oxígeno provoca la muerte de la raíz y un estado pálido y generalizado de toda la parte aérea. Las hojas caen fácilmente y son muy blandas al tacto.
En este momento, hongos que se aprovechan de la debilidad de la planta entran en acción, como Phytophthora, y terminan por acabar definitivamente con la planta.
Falta de abonado
La mayoría de plantas de interior tienen que convivir en un espacio muy limitado, perimetrado por un recipiente con poco volumen. Si dicho volumen de la maceta es de 1 litro y nosotros al cabo de 1 semana regamos con 1 litro la planta, prácticamente se ha sustituido todos los nutrientes conservados en el sustrato.
Por tanto, la planta solo puede obtener los nutrientes del agua, y en la mayoría de ocasiones son excesivamente escasos.
Por ello, en plena época de producción, es importante suministrar junto con el agua de riego, un completo grupo de nutrientes y micronutrientes. De esta forma, la planta tendrá suficiente energía para producir nuevas hojas, tallos y brotes.
La importancia del suelo vivo
El suelo en el jardín es el medio en el que tienen que convivir y desarrollarse todos los cultivos que plantemos allí. Algunos, como los árboles (frutales y ornamentales), durante muchísimos años.
Por ello, es importante conservar los medios de fertilidad del suelo. Básicamente, mantener un nivel adecuado de materia orgánica y favorecer la vida microbiológica para un correcto equilibrio del medio.
La importancia de la materia orgánica en un suelo
El impacto que tiene la materia orgánica de un suelo con el desarrollo productivo de cualquier planta es tan alto que pocos agricultores se toman la potestad de no tenerlo en cuenta a la hora de hacer su planificación del desarrollo de un cultivo.
No solo interviene en el aporte de nutrientes, sino que favorece la activación de los microorganismos, la conservación de humedad (y su drenaje), la capacidad para proteger los nutrientes y fijarlos en el suelo en condiciones solubles, y un largo etcétera.
La prosperidad del desarrollo de una raíz está totalmente vinculada al contenido de materia orgánica de un suelo.
Por ello, es importante aprender a fabricar nuestro propio compost, de una forma rápida y efectiva.
Diferencias entre cultivar en macetas y en suelo
No todos los cultivos y plantas pueden adaptarse fácilmente al cultivo en macetas.
Es necesario conocer las características de sus raíces para poder analizar su adaptación a un recipiente.
Las principales diferencias que hay entre el cultivo en macetas y la plantación en suelo directo están relacionadas con la forma de regar y abonar, básicamente.
En las macetas, tenemos un medio con un volumen de tierra en general pequeño, por lo que la humedad se seca mucho antes que en condiciones normales de suelo.
El desarrollo de la microbiología está más limitado debido a una peor gestión de la cantidad de agua y humedad cuando regamos, sobre todo cuando añadimos volúmenes de agua excesivos y se percolan nutrientes hacia el plato.
Por otro lado, la renovación de nutrientes en las macetas debe hacerse con mayor frecuencia. En este caso disponemos de fertilizantes granulados de liberación lenta y fertilizantes líquidos de mayor explosividad pero que requieren mayor frecuencia de aplicación.