Una casa o jardín no termina de estar completa si no alberga orquídeas en ella. Podrás disfrutar de una cantidad ingente de ellas (¡hasta 600 géneros y más de 30.000 especies!).
Sin embargo, muchos coinciden de que es un cultivo bastante complicado porque hay muchas variables que controlar. Si tienes cierta experiencia, el cultivo de orquídeas te hará subir un peldaño más y podrás disfrutar de un sinfín de coloridas macetas de orquídeas distribuidas por toda la casa.
Eso sí. Ten en cuenta que no todas las variedades tienen los mismos cuidados. Las que acostumbramos a comprar en cualquier vivero o floristería suelen ser las comunes y más fáciles de cuidar.
Por ello, en Antes todo esto era campo queremos ayudaros a controlar el abonado para conseguir unas espléndidas orquídeas.
Tipos de orquídeas que puedes comprar
Puedes adquirir una gran cantidad de orquídeas en floristerías o viveros.
Alguna de las familias de orquídeas más famosas son:
- Phalaenopsis
- Denbrobium
- Cymbidium
- Paphiopedilum
- Oncidium
- Vanda
- Odontoglossum
- Cattleya
No todas provienen de una misma estructura de bulbo…
Como hay tantas familias y géneros de orquídeas, también son distintos los bulbos de donde crecen.
Puedes encontrar tubérculos subterráneos:
- Orchis
- Dactylorhiza
- Cypripedium
Tubérculos considerados pseudobulbos:
- Cymbidium del Himalaya
Sin tubérculos y orquídeas que nacen directamente de la base:
- Paphiopedilum
- Cypripedium exóticas
La clave de las orquídeas, la nutrición continua
Una de las claves para conseguir unas magníficas orquídeas que duren durante mucho tiempo es no olvidarnos de ella. Por supuesto, la gestión del riego debe ser perfecta, pero también el aporte continuo de nutrientes.
En general, con el agua de riego se lavan todos los nutrientes que el sustrato suele albergar, por lo que a menundo necesitamos reincorporarlos y que puedan ser absorbidos por las raíces.
Éstas son algunas recetas caseras de fertilizantes que puedes obtener en tu propia casa, para que no te tengas que gastar nada de dinero. ¡Aprovecha los residuos de tu casa!
1: Cáscaras de huevo – Aporte de calcio
Podemos usar los desperdicios de las cáscaras de huevo para darle una segunda vida y que puedan nutrir en calcio y magnesio a nuestras orquídeas.
El calcio es un elemento imprescindible para el desarrollo de una orquídea, y no siempre se aporta suficiente con el agua de riego.
Para aprovechar al máximo las cáscaras de huevo en nuestras orquídeas, necesitamos machacarlas y triturarlas cuanto más pequeño mejor.
Un mortero es una herramienta idónea para conseguir la textura de polvo que necesitamos. Dicho polvo finalmente lo podremos espolvorear sobre el sustrato donde las tengamos cultivadas. El agua de riego desplazará dichas cáscaras de huevo en polvo a las raíces.
2: Agua de cocción de patatas, arroz y otros ingredientes
Siempre que no utilicemos sal añadida, pues ello supondría la muerte de nuestras desdichadas orquídeas, el agua de cocción es un magnífico elemento rico en nutrientes y vitaminas que las plantas pueden utilizar.
Sin embargo, lo más común es que podamos cocer arroz, pasta o patatas añadiendo sal, por lo que en raras ocasiones vamos a poder aprovecharlo como nutriente para nuestras plantas.
Por muy poca sal que lleve, en ningún caso lo debemos utilizar para regar las plantas, ya que supondría la muerte en pocos días por estrés salino. Y mucho más en orquídeas.
3: Bolsitas de té utilizadas
Para los que acostumbren a tomar té a diario, tenemos una gran oportunidad para aprovechar los nutrientes que casi siempre acaban en la basura.
Para utilizarlas, tan sólo tenemos que romper las bolsitas y espolvorearlas sobre el sustrato. Una bolsita de té por maceta cada 15 días ayudará a fortalecer las raíces de la planta y a mejorar el crecimiento de la orquídea.
4: compost de residuos de cocina
Cualquier residuo vegetal de cocina puede ser aprovechado para nutrir a las plantas, pues algunos contienen un fuente nutritiva de nitrógeno, fósforo, potasio y micronutrientes.
Entre los productos que puedes utilizar se encuentran los posos de café y cáscaras de frutas y verduras.
En especial, la cáscara de plátano puede utilizarse, una vez compostada, para aportar grandes cantidades de potasio que exigen este género de plantas.
5: NPK líquido
Los nutrientes químicos aportados, siendo los más cómodos aquellos que van en forma líquida, deben aplicarse con moderación (pequeñas cantidades).
Esto es debido a que las orquídeas son plantas sensibles a la salinidad, por lo que no debemos pasarnos con la cantidad aportada.
Por tanto, muchos de estos fertilizantes comerciales para orquídeas tienen extractos vegetales o materia orgánica que alivian el estrés salino de la planta.
También dispones de sustratos para orquídeas especialmente diseñados para los trasplantes y las primeras etapas de crecimiento
Aquí podréis disfrutar de algunos consejos en este vídeo para vuestras plantas:
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