En una nueva entrega de fichas de plantas para conocer todo el mundo vegetal que nos rodea, nos hemos quedado intrigados con la planta Rosa de Jericó, por lo que hemos considerado dedicarle un artículo a esta misterioso vegetal.
Y es que, sin ánimo de hacer spoiler, contamos con una planta que tiene una magnífica resistencia a la sequía a nivel extremo, hasta el punto de que pueden pasar años.
Es por ello que muchas veces se bautiza a Rosa de Jericó como la planta con capacidad de resurrección.
Sin embargo, hay mucho más y os vamos a contar todo lo importante de esta planta. Sus cuidados, características principales y algunas propiedades de la planta.
Características y curiosidades de Rosa de Jericó
El nombre científico de la Rosa de Jericó es bastante complicado, Anastatica hierochuntica. Sin embargo, pertenece a una familia muy conocida, Brassicaceae (brasicas), que engloba especies conocidas como el brócoli, la coliflor, etc.
La historia de Anastatica hierochuntica ha sido transmitida de abuelos a nietos y se le otorgaba muchas propiedades máginas en las zonas donde crecía de forma espontáea.
Su origen es de climas desérticos, como el desierto de Arabia, donde era recogida por chamanes y expertos en la materia para proteger sus casas y negocios.
Además, en una época donde no tenían mucha información sobre la predicción climática, la Rosa de Jericó auguraba las futuras lluvias, ya que es una planta muy sensible a la humedad y muestra cambios en cuanto a la formación de nuevas partes verdes.
Tiempo seco: la planta se cierra por completo y lentamente se va secando
Aumento humedad: lentamente se va abriendo.
Periodo de lluvias: antes de que caigan las primeras gotas, las hojas y tallos se abren por completo para aumentar su superficie en contacto con la humedad.
No hay que confundirla con la considerada falsa Rosa de Jericó, cuyo nombre científico es Selaginella lepidophylla.
Gran resistencia a la sequía
La particularidad de la rosa de Jericó por soportar climas extremos y la ausencia total de agua está aún siendo estudiada por la comunidad científica.
Cuando no hay acceso al agua, la rosa de Jericó empieza a cerrar sus ramas y hojas envolviéndose sobre sí misma. A partir de aquí, se inicia un estado de latencia donde pueden pasar años sin necesidad de una gota de agua.
Actualmente se sabe que esta capacidad para soportar periodos largos de sequía extrema se debe a un disacárido (2 moléculas de glucosa) conocido como trehalosa, donde se suspenden todos los procesos metabólicos.
En dicha época de sequía, las raíces pierden mucho volumen y la planta es susceptible de ser arrancada por los vientos fuertes, típicos de las zonas desiertas. De ahí que la planta rosa de Jericó a menudo viaje en forma de esfera azotada por el viento dispersando sus semillas allá por donde pasa.
Es la típica imagen del desierto.
Cuidados de la Rosa de Jericó
Sin embargo, a pesar de crecer en climas desiertos y exóticos, hoy en día se puede cultivar la rosa de Jericó tanto en macetas como en el jardín.
Pero esta vez, le daremos las condiciones necesarias para su desarrollo, sin permitir que pase largos periodos sin acceso al agua y tenga que activar su parada metabólica habitual de antaño.
Climatología y tiempo
Nada nuevo os vamos a contar después de haber leído los párrafos anteriores.
Una planta acostumbrada a temperatura extremas (altas por el día y bajas por la noche, típico del desierto). Se adapta con facilidad a todo tipo de ambientes, y modifica su morfología según el acceso a la humedad, como ya hemos visto.
La planta rosa de Jericó puede crecer sin problemas, dada su rusticidad, en zonas continentales y zonas mediterráneas. Con el control de los riegos haremos que la planta siempre se encuentre en estado verde y podamos multiplicarla con facilidad.
Luz
Anastatica hierochuntica necesita una disposición plena al Sol, por lo que tenemos que evitar zonas sombrías debajo de árboles, cercanas a casas, etc.
Igualmente, si se cultiva en macetas, buscaremos el lugar con mayor disposición al Sol directo.
Características del suelo
La rosa de Jericó no requiere de un tipo específico de suelo, ya que está acostumbrado a crecer en zonas muy arenosas con escaso volumen de nutrientes (CIC < 5 meq/100 gramos suelo).
Cualquier suelo, preferentemente el término medio de los limosos, será el indicado para favorecer el mayor desarrollo radicular.
Si a eso le sumamos un poco de materia orgánica, aún mejoraremos la despensa de nutrientes y la conservación de humedad.
No te preocupes por factores como el pH o la granulometría, ya que no se han estudiado los posibles efectos sobre la planta. Seguramente porque no los haya desde el punto de vista negativo.
Importante evitar excesos de humedad, y eso lo podemos conseguir mezclando un poco de arena sobre los primeros centímetros de suelo. Con ello aumentaremos la capacidad de drenaje del agua (aunque también el lavado de nutrientes).
Riego y abonado
La frase que más caracteriza en cuanto a la humedad y frecuencia de riego de rosa de Jericó es la de riegos cortos y más frecuentes.
El comportamiento, desde el punto de vista hídrico, de Anastatica hierochuntica es como si de un helecho se tratase. Riegos de poco volumen y aumentar la frecuencia, especialmente en los meses calurosos de verano.
Tanto para una zona continental como mediterránea, con temperaturas altas en los meses finales de primavera y todo el verano, os recomendamos la siguiente cantidad de agua.
Meses de otoño e invierno: 1 riego por semana (0,5 litros por planta)
Meses de primavera y verano: 3 riegos por semana (0,5 litros por planta)
Con esta frecuencia, mantendremos un nivel constante de humedad. Aumentaremos o reduciremos la dosis en función de cómo de húmeda se encuentre la tierra o el sustrato antes de dar el siguiente riego.
Para ello, bastará con introducir un dedo en la tierra y palpar la sensación de humedad, y solo regar cuando la tierra se encuentre medianamente seca.
De lo contrario, corremos el riesgo de pudrir las raíces por falta de oxigenación, algo muy típico en especies con desarrollo radicular reducido y de clima desértico.
En cuanto al abonado, en primavera podemos aplicar, tanto de forma granulada como líquida, abono especial para plantas verdes.
Suelen llevar más concentración de nitrógeno y también incluyen micronutrientes. Una fórmula recomendada sería un NPK 7,5-3-6 + micronutrientes.
Plagas y enfermedades
La rosa de Jericó no suele recibir la visita de muchas plagas, ya que estos insectos chupadores suelen acudir a otras plantas con partes más tiernas, brotes nuevos y flores.
Sólo en casos específicos, podemos encontrar algún pulgón que se elimina fácilmente pulverizando sobre ellos jabón potásico o jabón de manos en agua (para degradar su exoesqueleto).
Si hay exceso de riego y utilizamos un sustrato antiguo, es posible que pueda ser atacada por el hongo Phytophthora, que aprovecha el estado de debilitamiento general de la planta para atacar el cuello de la raíz.
Multiplicación
La multiplicación más práctica de la planta rosa de Jericó es mediante división de matas.
Este proceso se suele realizar en primavera, con temperaturas moderadas y con buena capacidad para emitir raíces de la futura planta.
A partir de una planta adulta, bien cuidada y en perfectas condiciones, se separan cuidadosamente las raíces a partir de la parte basal y se divide en pequeñas plantas.
El número dependerá del volumen inicial de la planta madre, pero se pueden obtener entre 2 y 3 plantas.
A partir de aquí, podremos realizar el trasplante o bien su plantación en macetas, regar bien para facilitar la producción de nuevas raíces y continuar la marcha con las recomendaciones anteriores.
Dónde comprar
Rosa de Jericó se puede comprar a partir de bulbo en sobre parecido al de semillas. La casa de semillas Batlle ofrece una unidad en sobre de origen holandés. para sembrar directamente.
Leer más: comprar rosa de Jericó.
El bulbo que compramos, aparentemente seco, lo introduciremos por completo en un recipiente con agua. Pero tendremos que cambiar el agua diariamente para evitar que se originen algas u hongos indeseables.
Cuidados de la rosa de Jericó en maceta
El cultivo de rosa de Jericó también se puede realizar en macetas, ya que su desarrollo y morfología es muy parecido al de un helecho, que también se adapta perfectamente a las macetas.
Los únicos detalles que tienes que tener en cuenta es aumentar la frecuencia de riego con menor dosis o volumen de agua, renovar el aporte de nutrientes en primavera (gránulos o abonado líquido), y trasplante si el volumen de la maceta es pequeño.
Su disposición también será en entornos con buena iluminación y protegidos del viento fuerte.
Rosa de Jericó con moho
Cuando cultivamos por primera vez la planta, a partir de sus tallos aparentemente secos, debemos introducirla en agua para que vuelva a hidratarse. Sin embargo, esta agua debe cambiarse diariamente, puesto que, de lo contrario, aparecerán hongos y moho que puede ser perjudicial para su desarrollo, originando pudriciones.
Leyendas de la Rosa de Jericó
Existe mucha cultura esotérica con respecto a la rosa de Jericó, ya que muchos defienden que absorbe energías negativas del entorno y protege el jardín o la casa.
Entendemos que todo esto viene relacionado por su espectacular capacidad de resistir la sequía y de «resucitar de entre las plantas muertas» cuando reúne las condiciones mínimas de humedad.
Sin embargo, todo hay que deberlo a una extraordinaria capacidad de adaptación y emisión de sustancias vegetales fruto de estar siempre sometido a condiciones de estrés permanentes.
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