Claves en el uso de bioestimulantes para agricultura

La nutrición vegetal es un condicionante muy importante para conseguir grandes rendimientos productivos en nuestros cultivos. Y es que, cuando nos acercamos al sector profesional, el NPK de toda la vida muchas veces es insuficiente.

Y es que hablamos de la «única industria a cielo abierto», por lo que la agricultura es sumamente compleja al jugar muchísimas variables al mismo tiempo.

Climatología, selección varietal, calidad del agua y los fertilizantes, conexión con la microbiología..

Tipos de bioestimulantes

El uso de diferentes grupos de microorganismos ha supuesto un nuevo impulso para la agricultura intensiva, tanto a nivel de protección vegetal (microorganismos que combaten plagas y enfermedades) como en el aumento productivo (diferentes grupos de bacterias, trichodermas, micorrizas, etc.).

Si bien el primer grupo se clasificaría dentro de productos fitosanitarios, los que estimulan la producción de los cultivos o ayudan a la planta a superar cualquier estrés biótico o abiótico, son los considerados bioestimulantes.

¿Cómo actúan los bioestimulantes para plantas? En este artículo te comentamos cuáles son los principales y su mecanismo de acción.

¿Qué son los bioestimulantes?

Los bioestimulantes agrícolas para cultivos están a la orden del día, y más si cabe debido a que ahora quedan sometidos a una legislación específica donde requieren demostrar que realmente producen un efecto positivo en la planta.

Si nos ceñimos a dicha legislación, los bioestimulantes de uso agrícola son productos que, sin estar clasificados como fertilizantes, contienen componentes o microorganismos que permiten estimular la nutrición y el desarrollo de las plantas.

Con todo esto, se consiguen los siguientes beneficios:

  • Aumento de la eficiencia de los nutrientes.
  • Mayor tolerancia al estrés abiótico.
  • Mejora de la calidad de los cultivos.
  • Mayor disponibilidad de nutrientes del suelo.

define oficialmente los bioestimulantes de uso agrícola como productos que, no siendo fertilizantes, contienen sustancias o microorganismos que pueden estimular los procesos de nutrición y desarrollo de las plantas con el objetivo de mejorar aspectos como la eficiencia en el uso de nutrientes, la tolerancia al estrés abiótico, la calidad de los cultivos y la disponibilidad de nutrientes del suelo.

Legislacion bioestimulantes agricolas

Legislación actual

Fruto de bastantes años de desinformación, la nueva ley europea busca acercar los productos fertilizantes a un marco legislativo más encaminado al de los medicamentos.

Es por eso que la nueva ley pretende regular lo que se declara en la documentación (etiqueta, ficha técnica, folletos comerciales, etc.) y regular la funcionalidad de los productos, de forma que solo se podrán clasificar como fertilizantes aquellos productos que hayan sido científicamente probados para tal fin, por medio de ensayos de campo estadísticamente acreditados.

Toda esta información queda recogida en el nuevo Reglamento UE 1009/2019, donde se mencionan los requisitos necesarios que deben cumplir los productos bioestimulantes.

Tipos de bioestimulantes

De acuerdo a la nueva legislación, los bioestimulantes se pueden clasificar en 2 grupos bien diferenciados.

Bioestimulantes formados por microorganismos

Los bioestimulantes probióticos, formados por microorganismos vivos en estado de latencia que se activan cuando se aplican a los cultivos, son los que mayor crecimiento han tenido en los últimos años.

Su uso, combinado con una estrategia de fertirrigación sensata, permiten aumentar la reserva de nutrientes en el suelo y mejorar su fertilidad.

Existen hongos que mejoran la capacidad de la planta para absorber agua y nutrientes, como las micorrizas o trichodermas, así como otros que liberan los nutrientes del suelo para hacerlos más disponibles a la planta. En este último grupo hablamos de bacterias solubilizadoras de macro y micronutrientes.

También es interesante remarcar que, en esta línea de trabajo, hay diferentes organizaciones que están extrayendo metabolitos y fermentos de microorganismos para bioestimular a los cultivos. Sin introducir organismos vivos, aportan el componente que las bacterias producen para crear una respuesta efectiva en la planta.

Bioestimulantes no microbianos

En este grupo encontramos una lista amplia y variada de soluciones, muchas de ellas de origen natural, que mejoran la productividad de los cultivos y combaten el estrés causado por golpe de calor, toxicidad, sequía, salinidad, etc.

Un ejemplo de este tipo de productos son los siguientes:

  • Aminoácidos esenciales y no esenciales
  • Algas marinas
  • Extractos húmicos
  • Glicina Betaína
  • Monosacáridos

Mecanismo de acción de los bioestimulantes

Para los lectores menos experimentados, los bioestimulantes vienen a ser, extrapolándolo al ser humano, como los complementos nutricionales, vitaminas y hormonas que podemos adquirir en la farmacia, muchos de ellos bajo receta médica (algo que también se busca en un futuro en la agricultura).

Aunque podamos llevar una buena alimentación y práctica habitual de deporte, en momentos puntuales de frío, sequedad ambiental o estrés, necesitamos un plus para estimular nuestro organismo y recuperar fuerzas, y en este caso las vitaminas juegan un papel fundamental,

Volviendo a la agricultura, con la cada vez mayor exigencia productiva de nuestros cultivos y el mayor deterioro de suelo y agua, conseguir la calidad exigida por el mercado a veces es insuficiente con una buena nutrición y un buen clima.

Por ello, los bioestimulantes entran en juego para facilitar la salida de algunos tipos de estrés puntuales (exceso de calor, exceso de sales, heladas, sequía, toxicidad por fitosanitarios, plagas y enfermedades, etc.). Actúan como reguladores del crecimiento (especialmente algas marinas), impulsores energéticos (aminoácidos) o promotores de la hidratación celular (ácido algínico, glicina betaína, etc.).

Lo que está claro es que, en plena crisis energética y con el aumento de costes en la producción agrícola, el uso y la aparición de nuevos bioestimulantes tecnológicos permitirá aumentar la rentabilidad del agricultor y producir alimentos más saludables y duraderos.

Deja un comentario