El cultivo de rosas puede llegar a ser muy exigentes en cuanto a las labores de mantenimiento y sus cuidados necesarios.
En lo que se refiere a dichos cuidados, una tarea importante es la de gestionar la poda de rosales, ya que influye decisivamente sobre el número y calidad de sus flores.
Comparativamente con otros cultivos, al ser una planta que define muy bien sus tallos, resulta sencilla con unos conocimientos mínimos.
Dichos conocimientos son los que queremos transmitirte con sencillas explicaciones y fotografías. ¡Adelante!
El rosal está formado por un amplio abanico de especies de tipo leñoso, ampliamente cultivado en jardines o incluso en terrazas (mediante macetas).
Su objetivo es meramente ornamental, para decoración y formación de ramos en floristerías.
Por tanto, es esencial conocer las labores para realizar la poda de rosales perfectamente en nuestro jardín.
La disposición del rosal cultivado es casi infinita. Lo podemos ver con forma de arbusto, seto, como trepador, en macetas o jardineras, etc.
Las posibilidades de su cultivo son casi infinitas, y por eso tenemos que saber distinguir entre variedades para realizar la poda de rosales correcta.
¿Cuál es el interés de la poda de rosales?
Realizar una poda adecuada tiene grandes beneficios.
En primer instancia, esta labor consigue rejuvenecer a la planta, mejora su aspecto, estimula el desarrollo de nuevos tallos y mejora su resistencia.
A nivel sanitario, mejora su disposición al sol por parte de todas las hojas y su aireación, obteniendo una menor sensibilidad a verse afectado por enfermedades (como el oidio o el mildiu del rosal).
Materiales necesarios para efectuar la poda
- Tijera apta para jardinería muy afilada, para realizar cortes limpios.
- En caso de variedades de porte alto, escalera de madera o aluminio.
- Guantes de seguridad (para prevenir cortes y pinchazos).
- Para tallos gruesos, pasta cicatrizante (previene enfermedades y sella el corte)
Comparativa de herramientas de poda para rosales
Cuándo se podan los los rosales
De forma general, las tareas de poda de rosales se efectúan una vez al año. La época de poda de rosales adecuada es realizarla iniciado el invierno, cuando han caído todas las hojas, si el clima no es excesivamente frío.
Para zonas sensibles a heladas, suele recomendarse a finales de invierno o principios de primavera, antes de la nueva brotación.
Según el nivel de atención y cuidados que queramos darle, podemos hacerlo varias veces al año. En este caso, podemos hacer una poda en verde en verano, eliminando brotes enfermos, tallos cruzados o secos.
Recuerda que cuanto antes lo hagas, la floración también podrá adelantarse.
Poda de rosales según la variedad
En el mercado existen muchísimas variedades de rosales, y no todas ellas tienen el mismo porte.
Por tanto, la gestión de la poda será distinta.
Según el tipo y la variedad de rosal, hemos hecho un listado que te ayudará a enfocar las labores de poda de rosales.
Poda de rosales tipo arbustivo
Aquellos rosales de porte grande y tipo arbustivo, que pueden crecer varios metros de altura, son los que menos cuidados necesitan en cuanto a la poda.
Simplemente, esta labor se centrará en eliminar brotes cruzados, ramas enfermas, partidas o en vías de secarse.
Con ello también mejoraremos la aireación y controlaremos la formación de futuros tallos en la época de floración.
Poda de rosal trepador
Aquellas variedades que necesitan trepar en vallas o tutores, la configuración de la poda va ligada a permitir mejorar su capacidad de trepar.
En este tipo de rosal, es muy frecuente los tallos entrecruzados y juntos, que buscan afianzarse sobre muros y vallas. Eliminaremos algunos, dejando los más vistosos y sanos.
Si tenemos especies con varias floraciones durante el año, es común eliminar con tijera afilada las inflorescencias caducas y los brotes que han ido marchitándose.
Poda de rosales Floribunda y Polyantha
En estos rosales es normal dejar entre 4 y 6 yemas. Las ramas más fuertes las dejaremos con algo más de longitud, para disponer más yemas.
Aquellos tallos delgados o finos, los cortaremos con más intensidad para estimular su desarrollo en la futura campaña.
Tallos adultos, con más de 4 años de vida, suelen realizarse una poda fuerte, con el fin de rejuvenecer su desarrollo.
Poda de rosal híbrido de té
Esta variedad sigue el mismo esquema de poda que las variedades Polyantha y Floribunda. Dejamos el mismo número de yemas prácticamente y eliminamos brotes cruzados, tallos enfermos, inflorescencias secas y recortamos todos los tallos, dando la forma que queramos al rosal.
Cómo eliminar los chupones
Los chupones son tallos alargados de aspecto verde claro y mayor desarrollo de espinas.
Los podrás ver desarrollarse de forma frecuente a partir de la madera situada debajo del injerto. Estos tallos necesitan una gran energía para desarrollarse y son de crecimiento rápido, por lo que resta el desarrollo de otras partes interesantes en el rosal.
De esta forma, lo más conveniente es eliminarlos desde la base siempre que los detectemos, con tijeras muy afiladas y sellar la herida si son excesivamente gordos.
Consejos adicionales
Con el objetivo de estimular el desarrollo de los tallos y evitar enfermedades, hay que realizar cortes limpios y sellarlos con masilla específica para ello.
Los tratamientos con cobre y azufre son recomendables en zonas con mucha humedad. Así actuamos de forma preventiva frente a enfermedades como el oidio o mildiu.
Los cortes se realizan en diagonal, en el sentido idóneo para evacuar el agua de la lluvia o aspersión. Así evitamos formación de hongos o bacterias y penetración en el tejido vegetal.
La poda de rosales siempre se realizará cortando por encima de las yemas que miran en sentido hacia fuera.
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