El cerezo es un cultivo en auge dado el rendimiento económico que produce actualmente y que cada vez hay más variedades adaptadas a diferentes regiones climáticas.
Sin embargo, es un frutal de hueso sometido a una alta presión de plagas y enfermedades. Entre ellas, la conocida como gomosis del cerezo, habitual en zonas de humedad alta, causa grandes estragos por tener difícil solución.
En este artículo te presentamos una guía para la identificación y el control de la gomosis del cerezo, causado por la bacteria Pseudomonas syringae.
Identificación de gomosis del cerezo (Pseudomonas syringae)
Los síntomas de la gomosis del cerezo son claros, produciendo sobre la madera la exudación de una goma de color marrón claro, al inicio pegajosa.
El avance de la enfermedad de la gomosis del cerezo reduce la movilidad de la savia por los tallos, secando ramas completas y causando una defoliciación intensa de hojas y flores en ramas afectadas.
El proceso puede ser lento y se ve potenciado por un aumento de la humedad ambiental, hecho que favorece el avance y reproducción de la bacteria causante, Pseudomonas syringae.
¿Por qué aparece la enfermedad?
Muchas de las enfermedades causadas por hongos y, principalmente por bacterias, se aprovechan de heridas de poda, caídas de hoja o flor, daños por granizo o cualquier otro daño mecánico para entrar en el interior de la planta.
Todas las bacterias requieren unas condiciones de humedad alta, así como una temperatura media, de ahí que en condiciones de lluvia y humedad relativa superior al 80% sea muy difícil combatir la enfermedad.
Aunque llevemos un estricto control de la poda y saneemos correctamente el árbol, hasta la caída de las flores en primavera (posterior a la floración) o la caída de la hoja, bien entrado otoño, son dos posibles focos de entrada de la bacteria, ya que se crean pequeñas heridas por donde puede entrar la enfermedad.
Por ello, ambos momentos son ideales para realizar tratamientos preventivos con cobre, ya que es la única materia activa autorizada para ello.
También puedes recurrir a aplicaciones foliares de cobres nutricionales, especialmente aquellos complejados (gluconato de cobre, heptagluconato, lignosulfonato, etc.), ya que no están categorizados como fitosanitarios pero han demostrado realizar una buena labor para la prevención de enfermedades.
Por ello, es importante sellar las heridas de poda con mastic o soluciones impregnadas de cobre, las cuales ayudan a cicatrizar la herida y suponen una barrera física para la entrada de hongos y bacterias.
Control de gomosis del cerezo
Uno de los problemas actuales de los agricultores a la hora de enfrentarse a las bacterias es que no hay muchos productos autorizados, ya que los antibióticos se prohibieron hace muchos años.
Actualmente el cobre es el único mecanismo de control, y se presenta la dificultad de poner en contacto el cobre metal con las bacterias.
Productos autorizados para el control de gomosis del cerezo:
Consejos adicionales:
- 1- 2 aplicaciones con intervalo de 19-21 días.
- Dosis por aplicación mediante pulverización normal con tractor, manual con mochila, lanza o pistola: 1,7-2,5 kg/ha.
- Volumen de caldo de 500-1.000 L/ha.
- Oxicloruro de Cobre, es una fuente de Cobre para todo tipo de plantas
- Oxicloruro de Cobre al 70%
- Producto para agricultura ecológica dugún el reglamento CE nº 834/2007 y 889/2008 y reglamento NOP
- Suspensión de abono a base de cobre
- Aplicar en pulverización foliar, diluido en agua, agitando previamente el envase.
Medidas preventivas frente a la gomosis del cerezo
Siempre decimos que, en cuanto a enfermedades de los cultivos, más vale prevenir que curar. Y esta afirmación coge mucha más fuerza cuando hablamos de bacterias.
Los formulados de cobre ayudan a controlar la enfermedad, pero no son la panacea, especialmente por su dificultad para entrar en madera, y más aun, madera afectada o muerta.
Algunos consejos para prevenir la aparición de la gomosis del cerezo causada por Pseudomonas syringae son las siguientes:
- Evitar podas tardías en condiciones de frío y humedad alta.
- Elegir variedades tolerantes a la enfermedad
- Aplicar masillas o pastas cicatrizantes en podas intensas, o bien realizar aplicaciones foliares con cobre posterior a esta labor.